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DECISIONES EMPRESARIALES
¿Qué es una decisión?
Como sabemos, la trayectoria de una empresa depende en gran medida de la calidad de las decisiones, a todos los niveles.
Obviamente, las decisiones estratégicas, tomadas por el consejo de dirección, influyen de manera muy directa. Sin embargo, todas las decisiones, sean del nivel que sean, condicionan en mayor o menor medida la marcha de la compañía.
¿Cómo podemos asegurar la calidad de las decisiones tomadas?
Es prácticamente imposible asegurar que una decisión es realmente la mejor entre las posibles, puesto que nos movemos en entornos en los que existe incertidumbre.
Sin embargo, podemos decir que la calidad de las decisiones depende en gran medida de la información con la que contemos para apoyarlas.
Requisitos que debe cumplir la información
Como hemos dicho, la información es imprescindible para apoyar la toma de decisiones.
En primer lugar, debemos distinguir la información relevante, es decir, aquella que está relacionada con la decisión a tomar.
Pero, la información que puede afectar a una decisión es, en ocasiones, muy extensa, demasiado para poder manejarla.
Además, la información lleva asociado un coste por obtenerla. Por tanto, debemos tratar de encontrar un punto de equilibrio en el que la información cumpla los siguientes requisitos:
1. Ser suficiente para apoyar la decisión.
2. Ser de un tamaño que permita manejarla.
3. Que el coste de obtenerla sea razonable.
La tipología de las decisiones es muy extensa y es difícil definir pautas válidas para cualquier situación.
Para concluir hay que tener en cuenta que la mejor manera de tomar una buena decisión es seguir un proceso lo más sistemático posible.
El proceso de la toma de decisiones
1. Formulación del problema
Existe un problema cuando hay una diferencia entre el estado de cosas real y el estado de cosas deseado. Muchas veces, no se detecta un problema hasta que aparece un síntoma que avisa de su existencia. Hay que ser cauteloso, puesto que, en ocasiones, se puede confundir un problema con los síntomas que han permitido detectarlo. Una vez detectados los síntomas, es necesario realizar una formulación correcta del problema.
2. Identificación de los criterios de solución
Se trata de definir los criterios que permitan evaluar la calidad de las diferentes alternativas y, por lo tanto, de la decisión adoptada. En este curso, vamos a utilizar el coste como criterio de solución, pero pueden existir otros (calidad, satisfacción del cliente, etc.)
3. Generación de alternativas
Esta parte del proceso es la que menos se puede sistematizar, cada problema concreto requiere soluciones diferentes. Es importante destinar el tiempo necesario a generar la mayor cantidad de alternativas posibles, sabiendo que contamos con restricciones en la información y en el plazo (no podemos demorar en exceso la toma de una decisión).
4. Análisis de alternativas y elección
El resultado de este apartado depende directamente del esfuerzo realizado en los anteriores. Cuanto más claras estén las posibles alternativas y mejor definidos los criterios de selección, mayor rapidez y calidad obtendremos en la toma de decisiones.
5. Implantación de la alternativa seleccionada
Aunque pueda parecer trivial, esta fase del proceso es muy importante. Una mala aplicación de la alternativa escogida puede suponer el fracaso de la decisión. Normalmente se trata de descomponer la actuación en tareas individuales, que deben ser correctamente transmitidas a los responsables de llevarlas a cabo.