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MAKE OR BUY
Estamos ante la posibilidad de adquirir a un proveedor, un componente que, hasta la fecha se venía fabricando en la propia empresa.
En este caso no podemos utilizar el criterio del margen de contribución, puesto que no existen ingresos diferenciales.
Al igual que ocurría con los productos en los casos anteriores, para los componentes se calcula un coste completo (materiales, mano de obra directa y GGF).
Como siempre, dentro de esos GGF (Gastos Generales de Fabricación) se incluyen costes variables y costes fijos.
Esos costes fijos se cargan al producto o componente, de manera que todos los costes de fabricación queden absorbidos por los productos.
Sin embargo, los costes fijos se producen aunque no se fabrique nada, por lo tanto no debemos considerarlos en ninguna decisión de este tipo, no son relevantes
En definitiva, los únicos costes que evitamos comprando una pieza en lugar de fabricarla son los costes variables.
Si los costes variables de un componente son inferiores a su precio de compra, la empresa debe producirlo ella misma. En caso contrario (precio de compra inferior a los costes variables), la empresa ahorra costes adquiriendo la pieza en el exterior.
Seguir procesando
En este caso, la decisión consiste en estudiar la conveniencia de añadir un procesamiento adicional a un producto que ya tiene una demanda en el mercado, o bien dejarlo como está.
Lógicamente, el proceso adicional incrementa el coste del producto, pero también permite venderlo a un precio superior.
El criterio de decisión en este caso es claro, se debe seguir procesando si el margen de contribución del producto más elaborado es positivo.
Por otro lado, si la empresa posee un exceso de capacidad y el margen de contribución del producto menos elaborado es positivo, también debe fabricarse.
En definitiva, en situación de baja capacidad se debe fabricar todo aquello que tenga un margen de contribución positivo.
