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PROBLEMAS EN LA COMUNICACIÓN
Cuando hay problemas en el proceso de comunicación aparecen los diferentes ruidos, filtros y barreras a la comunicación ya que hay una distorsión natural del mensaje, entre lo que quiero decir y lo que finalmente entiende el otro.
La presencia de la retroalimentación en el proceso, es imprescindible para reducir o impedir los efectos distorsionantes de los RUIDOS o BARRERAS.
Hemos de solicitar del receptor una respuesta, a partir de la cual podamos verificar, con un mínimo margen de error, que el mensaje ha sido entendido. El objetivo de solicitar retroalimentación es asegurar que ha habido comprensión del mensaje por parte del receptor.
En trabajos complejos, ante instrucciones que incluyan datos, nombres o cifras, en situaciones de urgencia, etc. es vital la utilización de esta habilidad, ya que son casos en los que nada puede dejarse a interpretación. No obstante, es desde nuestra experiencia como emisores, desde la que decidiremos cuándo puede resultar necesaria.
Con las Preguntas enriquecemos nuestra Comunicación, permiten profundizar y aclarar.
Formular cuestiones tiene como objetivo INDAGAR, EXPLORAR y CONOCER lo que quiere decir mi interlocutor.
Preguntar entraña una técnica, por lo que es necesario para una buena comunicación plantear bien las preguntas. Por qué, qué, cómo y cuándo son las cuestiones básicas. Empléalas a menudo para obtener, de tí mismo o de los otros, las respuestas necesarias para una gestión eficaz.
Las preguntas correctas abren la puerta al conocimiento y la comprensión. El arte de hacer preguntas consiste en saber qué preguntas hacer y cuándo hacerlas.
Cuándo utilizarlas
Las preguntas se diferencian según el objetivo que persiguen, en abiertas y cerradas.
En el transcurso del proceso de exploración, de información hemos de comenzar utilizando preguntas abiertas que nos aporten un gran caudal de información y nos marquen el contexto, para después utilizar preguntas cerradas que ayuden a centrar el tema y que nos faciliten información más específica sobre aquello que nos parece clave. Es lo que se llama la Técnica del Embudo
Hay veces que se realizan preguntas que no tienen el objetivo de explorar o conseguir información, sino otro diferente que, en ocasiones, puede ir orientado a no mantener una comunicación eficaz. Vamos a mostrar algunas de ellas:
Preguntas que llevan condicionada la respuesta (ejemplo: "¿A que te gusta mi coche nuevo?").
Preguntas evaluativas (ejemplo: "¿Crees que esto es un informe bien redactado?").
Preguntas abiertas
Sirven para obtener un caudal amplio de información sobre un tema determinado. Han de usarse al principio de toda conversación. Las preguntas abiertas comienzan por: Qué, Cómo, Cuándo, Dónde, Por qué, Quién (ejemplo: "¿Qué vas a hacer este fin de semana?").
Preguntas cerradas
Sirven para verificar y contrastar información que ya conocíamos o para obtener información muy específica. Son aquellas a las que se puede contestar con un sí o un no (ejemplo: "¿Vas a ir al cine este fin de semana?").